Nuestro particular desafío además de lo placentero de la observación por si misma, es la colaboración con el proyecto denominado Venus Transit VT-2004 organizado por el European Southern Observatory perteneciente a la ESO, en el que participan tanto Observatorios profesionales como aficionados, de ahí la importancia y el interés añadido al evento que hoy va a producirse.
Hace poco más de un año, en concreto el 7 de mayo de 2003, la lluvia había llevado al traste con otro espectáculo de similares características, en aquella ocasión, el tránsito del planeta Mercurio, cuestión que nos impidió aquel día, la posibilidad de seguir el evento tras habernos preparado concienzudamente como de costumbre para la observación del citado, pero ya se sabe, la meteorología es quien dicta la última palabra en estas cuestiones y en aquella ocasión nos dijo alto y fuerte NO.
Así que si “la montaña no viene a mi……”, cuestión por la que planeamos iniciar nuestra observación desplazándonos a algún lugar lo más cercano posible al observatorio con los condicionantes que precisábamos para tal cometido, y tras el análisis de los pros y los contras de los diferentes lugares propuestos, la solución pasaba por el engorro de tener que subir el pesado material a la terraza del edificio sito en la Plaza de la Flor de esta misma población, lugar donde por fortuna, disponemos de una visión perfecta del horizonte Este que nos permitirá observar el orto solar y por lo tanto, poder seguir el evento desde su comienzo,( ya se sabe, el que algo quiere algo le cuesta) continuándolo poco después desde el Observatorio Manises J98 cuando el Sol alcance la suficiente altura como para poder seguirlo desde nuestro flamante y reciente emplazamiento fijo, por fortuna, seis horas de tránsito dan para mucho.... y así lo hemos hecho.
Somos conscientes de que a pesar de nuestros esfuerzos, en el amanecer de esta mañana y cuando el Sol emerja sobre el horizonte, el planeta ya habrá comenzado su paseo solar , pero no queremos perdernos ni un instante más de lo obligatoriamente necesario y de ahí la disposición de los dos puntos de observación y por lo tanto, la necesidad de tener que trasladarnos con un equipo móvil y todos sus bártulos hasta la terraza del quinto piso ( sin ascensor más INRI ) del lugar elegido, lugar al que por fortuna tenemos libre acceso y desde donde dispondremos de un horizonte despejado y libre de obstáculos.
El tránsito empezaba a las 07:20:28 AM en tiempo local, cuestión por la que a la salida del Sol ya se había producido el primer contacto con el disco solar. Hemos decidido observar por tanto el tránsito desde poco después de su inicio hasta el 2º contacto, momento en el cual tenemos previsto desplazaremos rápidamente al Observatorio Manises para seguir la observación hasta su final en muchas mejores condiciones y contando medios ópticos de mayor envergadura.
Y así lo hemos hecho según lo previsto y con la rigurosidad que nos caracteriza. Eran las 06:45 AM y ya estábamos esperando que “Lorenzo” hiciese su aparición con todo el material de observación y registro dispuesto. Las brumas del amanecer podían hacer pensar que la cosa se nos podía complicar, pero no, la experiencia indicaba que poco a poco iban a ir dispersándose y a medida que el sol ganase altura nos veríamos lilbres de su incómoda presencia como así ha sido, aunque de momento estas finas nubes matutinas no presentaban ningún obstáculo serio para la visisón del disco solar a través del telescopio. Apuntamos el objetivo del refractor de 90 apenas el Sol ha empezado a asomarse por el horizonte para seguirlo hasta su completa emersión, ( el ansia nos corroe) todo ello claro está, con la debida protección en el objetivo, y aún más, a traves de un helioscopio montado a primer foco. Tras el primer enfoque y como era más que previsible, allí estaba Venus. Un pequeño disco claramente circular de casi 1´ de arco, se interponía entre nosotros y el sol dibujando su negro e intenso perfil sobre la brillante superficie de nuestra estrella. Al Sol le había salido "un precioso lunar".
Poco a poco, el planeta ha ido cruzando de forma tangencial la esfera solar por su hemisferio Sur de Este a Oeste, la visión ha sido sencillamente espectacular, magnífica diría yo, resultando complicado despegar el ojo del ocular. Fotos y más fotos hasta la cercanía del segundo contacto, como decía, la visión a primer foco resultaba espectacular, pero el tiempo corria y había llegado el momento en el cual tocaba, como estaba previsto, desmontar raudos y veloces el material de observación, bajándolo nuevamente hasta el coche y de nuevo subirlo a la terraza donde está situado el observatorio, montarlo nuevamente y continuar con la labor iniciada horas antes, ahora mediante dos telescopios, a fin terminar de observar el tránsito hasta su término previsto a las 13:24:42 PM, en tiempo local.
Rápidamente efectuamos la operación de desmontaje............. y...
.....en menos de veinte minutos ya estábamos a pie de observatorio con el refractor nuevamente montado y pegados al ocular del hermano mayor en el interior del observatorio, en el cual ya estaba todo dispuesto desde la noche anterior en la que dejamos apunto los instrumentos de observación.
A partir de este momento contábamos con la ventaja añadida de una mejor instrumentación a la que se sumaba la propia en cuanto a que el disco solar ya había ganado la altura suficiente (> 30º) como para poder ser observado con comodidad desde nuestro observatorio, por lo que hemos podido seguir el evento hasta su finalización cercanas ya las 14:00, dejando fiel constancia en los datos cronometrados de los contactos, las imágenes y videos conseguidos con nuestra CCD acoplada al S/C 10” del observatorio y como no, las inolvidables imágenes que hemos podido cpatar “en directo” a través del ocular protegidos de la deslumbrante luz solar por el filtro de boca dispuesto como es lógico , delante de la correctora del tubo óptico del Meade.
La aventura ha dato su fruto y todo ha salido según lo planeado, doblemente observada mediante los telescopios de que disponemos y sin errores ni olvidos que lamentar. Hay que recordar que en este tipo de observaciones, el margen de error es muy pequeño y hay que prever con la suficiente antelación todo el material que vaya a ser empleado, repasando una y otra vez los pequeños detalles, cuestión que obliga a no pasar por alto nada por razones obvias.
Además de la espectacularidad de la observación, para nosotros ha supuesto la primera prueba de fuego (esta vez a la luz del día) del perfecto funcionamiento del Observatorio, sin olvidar que ha sido nuestro primer evento relevante desde nuestro flamante Observatorio Manises J98 ecientemente inaugurado. Sin duda es un buen augurio que esperamos sea la semilla de muchos más días de placentero deleite y sobre todo de muchas noches de tranquila observación.
P.D.
En correo recibido días más tarde, el centro de control de datos del ESO nos ha informado que nuestras medidas y datos remitidos han sido calificados de excelentes, habiéndose observando un error inferior al 1/1000. ¿qué más puede pedirse?