jueves, 12 de diciembre de 2013

Santa Claus espera la Nochebuena

No siempre la astronomía consiste en observar y medir. A veces nos apetece crear y, por qué no, jugar, y como la fotografía es una de nuestras debilidades, hemos pensado en realizar una imagen con la que poder felicitar la navidad a todos los que se acerquen al blog.  Y pensamos en cómo relacionar fenómenos astronómicos del momento con la muy cercana celebración.
Después de mucho cavilar y de que nos fallase el ISON como estrella de Navidad, un Santa Claus muy trabajado y un sencillo árbol constituyeron el atrezo para el espartano escenario, magníficamente envuelto por el bello cielo azul de un atardecer cercano al solsticio de invierno y  coronado por el lucero de la tarde, el poderoso planeta Venus que ahora alcanza su máximo brillo anual, a modo de fulgurante astro navideño. La imagen resultante nos muestra a Santa Claus mirando la estrella a la espera de su ajetreada Nochebuena y de ahí el título de la entrada del blog.

 

El primer plano, obviamente constituido por Santa Claus y el árbol, se obtuvo mediante un cartón negro cuidadosamente recortado (Santa Claus) y un árbol de Navidad comercial. El fondo es un cielo muy hermoso en plena "hora azul ". La imagen se obtuvo el 12 de diciembre a las 17:20 h (TU), en Manises (Valencia- España - Europa) por medio de una cámara DSRL , 60 mm de focal, f 16 , 1/3 seg , ISO 400. El enfoque se realizó sobre Santa Claus, ubicado a 2 metros de la de la cámara. El cerrado diafragma (f16) permitió enfocar simultáneamente el primer plano y el fondo.

¡Feliz Navidad y Mejor 2014 para todos!

Salvador Lahuerta y Luis Lahuerta .

Miembros del Observatorio Manises (MPC J98).

martes, 26 de noviembre de 2013

El cometa ISON

Puesto que no solo de CCD´s y telescopios vive el hombre, en esta ocasión nos apetecía tratar de encontrar y si fuese posible, observar, el cometa ISON a ojo desnudo, por lo que nos propusimos intentar el poder localizarlo desde la zona urbana donde vivimos, pero desde ubicaciones diferentes, y empleando tan solo unos prismáticos para ello, aunque eso si, con la cámara preparada por si se nos brinda la posibilidad de sacar una buena postal.
La cuestión radicaba en observarlo a la par (a ser posible) y desde distintas posiciones dentro de un mismo casco urbano y con similar polución lumínica, lugares que serían por una parte la terraza donde vive mi hermano Luis y por otra, la mia, desde la ubicación habitual del observatorio, ambos escenarios igualmente inmersos en una zona lumínicamente contaminada pero con la salvedad de tener el horizonte E diferente en cuanto a la visibilidad de observación, por lo que la suerte iba a jugar un importante papel por diversos motivos. 
Mi hermano Luis no tuvo suerte los días que se dio el madrugón, unos por nubes, otros por nieblas y otros porque el cometa ya estaba demasiado bajo. A pesar de la bella estampa urbana del crepúsculo matutino del 25 de noviembre, presidida por la conjunción de Mercurio y Saturno separados por a penas un grado de arco, el cometa ya se escondía en la franja de cielo incendiada por el acechante astro rey. 


En cuanto a mí, finalmente acerté a la cuarta intentona, por lo que aunque fue breve, debo darme por satisfecho, por lo que ahí va como resultó la cosa finalmente. Como hemos comentado anteriormente, habían sido en mi caso ya tres los madrugones fallidos en los que las nubes se empecinaban en cubrir completamente el cielo y dar al traste con las ganas de ver al ISON, pero todo llega si uno es paciente, hay algo de suerte, y finalmente, no se pierde la esperanza hasta el último momento. Visto como quedó el cielo la noche anterior y la predicción meteorológica, “mañana habrá que intentarlo de nuevo…, aunque sea lunes” ; eso es lo que me dije a mi mismo la noche del domingo después de haber estado observando el cielo durante un par de horas tratando de darme ánimo, puesto que pensé que podría ser el último intento para poder localizarlo en condiciones, ya que el cometa se hunde cada vez más en el horizonte matutino y al estar tan bajo desde mi lugar de observación, la dificultad es máxima. 
Así pues y con los prismáticos de 11x80 preparados en su trípode la noche anterior para no perder ni tan solo un minuto, (será lunes y habrá que ir al trabajar..…) suena el despertador a eso de las 04:30 y me subo a la terraza minutos después, a ver que tal está el cielo. Como era de esperar, el ambiente es frio y el viento del oeste que sopla entre 5 y 7 Km/h ha dejado el cielo en buenas condiciones, y aunque sigue soplando moderadamente y la luna brilla pasado ya hace rato el meridiano con un generoso creciente, no molesta tanto como para arruinar la observación. Si más dilación, me dispongo a hacer una primera búsqueda (más por ganas que por otra cosa), la cual resulta infructuosa como era de esperar, pues ni tan siquiera Spica está aún sobre mi horizonte y por lo tanto, debo ser paciente, así que me dedico durante un rato a hacer astronomía “de la de antes”, es decir, a escudriñar placenteramente con los prismáticos la zona de Orión que brilla majestuoso a buena altura sobre el horizonte SW. Pasado un buen rato y con las retinas más habituadas a la oscuridad, la cosa promete, pues ya empiezo a ver como Spica empieza a asomarse por encima de los edificios que tengo situados al Este y por lo tanto, el cometa no debe andar lejos. Minutos después veo asomarse a Mercurio, lo cual me dice que el ISON debe estar más que a tiro y así es, ahí está, por fin…, unos grados al Sur de Spica. 
El cometa se divisa sin demasiada dificultad con los 11x80, pequeño en tamaño pero espectacular, con una tenue pero apreciable cola y una coma muy definida que en conjunto y a mi modo de ver, se asemeja bastante con la visión que ofrecía el Panstarrs hace tan solo unos meses. Vista su posición y la hora en la que me encuentro, descarto totalmente el intento de observación del cometa desde el telescopio del observatorio, la cual resultaría imposible debido a la baja posición de aquel con respecto a la posición de éste y además, sería perder el tiempo del que por otra parte no dispongo, así que me he dicho, a disfrutar con lo que tienes… La observación en buenas condiciones, no me es posible prolongarla durante mucho rato, ya que las luces del alba ( y la hora límite para mí ) amenazan implacables y restan oscuridad y tiempo a pasos agigantados, pero estos diez o quince minutos que he podido observarlo han valido realmente la pena. Ahora deberemos esperar para poder verlo nuevamente si es que el ISON es capaz de sobrevivir tras su acercamiento al Sol el próximo día 28, cuestión que posiblemente nos dará algo más de margen para poder observarlo con más calma al estar ya prácticamente inmersos en fechas navideñas, esta vez sobre el crepúsculo vespertino y con el aliciente de intentar capturarlo en alguna imagen que nos valga para recordar su primer y último paso por las cercanías de nuestro querido planeta Tierra, al menos mientras dure nuestra corta existencia. Y como hoy la cosa va de recuerdos, y aunque en estos tiempos que corren esto parezca una tontería, he realizado un parte de observación como los que antaño confeccionábamos, a fin de que si algún astrónomo novel lee estas líneas, sepa que no todo son cámaras CCD, informática y grandes telescopios; unos simples prismáticos, una hoja de papel, un difumino y un lápiz, pueden hacernos pasar ratos inolvidables cuyo recuerdo perdurará durante mucho tiempo. Lástima que mi hermano Luis que disponía de mejor horizonte, no haya podido hacerle “la foto” que hubiese cumplimentado el citado parte, pero en fin, esperemos que tengamos de nuevo la oportunidad para “cazarlo” en formato digital en fechas próximas. 

jueves, 28 de marzo de 2013

El cometa PANSTARRS

De vez en cuando, el cielo nos premia con alguna de sus espléndidas “perlas celestes” en forma de cometa. Porque, ¿de cuántos cometas observables a simple vista se puede disfrutar a lo largo de una vida? Según dicen las estadísticas, podríamos hablar de uno cada diez años, pero para que esta regla se cumpliese y en nuestra opinión, deberíamos disponer de cielos muy puros, por lo que en condiciones normales y para personas que como la mayoría nos movemos entre áreas urbanas y semiurbanas, probablemente hablamos de una frecuencia menor, más considerando que algunos cometas sólo se dejan ver desde uno de los hemisferios terrestres.
De hecho, entre nuestros recuerdos y hasta hace muy poco tan sólo figuraban los grandes cometas Hyakutake (C/1996 B2)  (1996) y Hale-Bopp (C/1995 O1) (1997), pues tanto el West (1976) como el Ikeya-Seki (1965) y posteriormente el esperado por todos, Cometa Halley (P1/Halley) en la primavera de 1986 , a pesar de su espectacularidad y de que incluso el segundo pudo ser observado en el cielo diurno, el de mayor fama de todos ellos, el afamado Halley,  decepcionó en cierta medida al público en general,  tal vez por su desmesurada repercusión en los medios, aún así  todos ellos  quedan ya demasiado difusos en nuestra memoria.
Han tenido que transcurrir muchos años para poder ver, no sin cierta dificultad, otro cometa que añadir a nuestra corta lista. En esta recién estrenada primavera, hemos podido contemplar el delicado PanStarrs, (C/2011 L4) que aunque muy efímero y esquivo, nos ha mostrado “casi” todo su  esplendor durante unos días desde nuestra posición en el hemisferio norte, eso sí, agazapado entre no pocas nubes, las luces del ocaso y a muy baja altura sobre nuestro horizonte.
En esta ocasión, nuestros vecinos del hemisferio austral han tenido mejor suerte y lo han podido disfrutar plácidamente, al haber estado situado a una mayor altura en los cielos del sur y además, con un mayor margen de tiempo, todo ello con el “bonus” de incluso haber podido enmarcar la imagen del PanStarrs junto con otro cometa de distinta factura como es el cometa Lemmon ( C/2012 S1 ). En fin, otra vez nos tocará a nosotros disfrutar del espectáculo…..
La observación del PanStarrs (C/2011 L4) por nuestra parte y desde nuestra latitud ha sido posible (cuando las condiciones atmosféricas así lo han permitido) incluso a ojo desnudo y no sin dificultad, como una estrella difusa de muy débil magnitud que puede recordar a la del planeta Mercurio y que perseguía raudo y veloz al astro rey tras el ocaso durante un corto espacio de tiempo al filo del crepúsculo civil.
Mucho mejor ha sido su observación con unos simples prismáticos de 11x80 a través de los cuales se podía apreciar y definir con facilidad, tanto la cola en forma de pequeño abanico como el pequeño y compacto núcleo del cometa. Lástima que no hayamos podido observarlo a través de nuestro telescopio por encontrarse éste en una posición demasiado alta en relación con el cometa y por tanto, fuera del límite observacional de nuestro Observatorio Manises J98.
Aun así, hemos hecho lo posible por obtener alguna que otra muestra para el recuerdo en forma de imagen a través de las cámaras digitales de las que disponemos, las cuales corroboran la dificultad posicional en altura sumada a la nada despreciable polución lumínica para los observadores urbanos (Fotos 1 izq. y 2 der.: Nikon D200 - f5.6- 20s - 24mm - ISO100 / f5.6- 10 s - 170 mm -ISO100), lo cual nos ha obligado a desplazarnos a zonas menos contaminadas y esperar el momento para poder capturarlo en otra una imagen, ésta vez de más bella factura (Foto 3: Nikon D90 - f5.6 - 4 s - 158 mm - ISO800), aunque hay que reconocer que la focal empleada en la fotografía mejoraba sensiblemente lo perceptible a ojo desnudo.  



  
Valgan pues estas imágenes como testimonio observacional de tan efímero pero a su vez, tan esplendido cometa, el cual ha contribuido a que se mantenga esa media decenal de la que hablábamos al principio y ha venido a refrescar nuestra memoria, llevándonos a recordar aquellas "perlas" cometarias que fueron el Hyakutake y el Hale-Boop , auténticos tesoros observacionales de los que en su momento rendimos buena cuenta al haberlos podido contemplar en todo su esplendor y en las mejores condiciones posibles.