martes, 26 de noviembre de 2013

El cometa ISON

Puesto que no solo de CCD´s y telescopios vive el hombre, en esta ocasión nos apetecía tratar de encontrar y si fuese posible, observar, el cometa ISON a ojo desnudo, por lo que nos propusimos intentar el poder localizarlo desde la zona urbana donde vivimos, pero desde ubicaciones diferentes, y empleando tan solo unos prismáticos para ello, aunque eso si, con la cámara preparada por si se nos brinda la posibilidad de sacar una buena postal.
La cuestión radicaba en observarlo a la par (a ser posible) y desde distintas posiciones dentro de un mismo casco urbano y con similar polución lumínica, lugares que serían por una parte la terraza donde vive mi hermano Luis y por otra, la mia, desde la ubicación habitual del observatorio, ambos escenarios igualmente inmersos en una zona lumínicamente contaminada pero con la salvedad de tener el horizonte E diferente en cuanto a la visibilidad de observación, por lo que la suerte iba a jugar un importante papel por diversos motivos. 
Mi hermano Luis no tuvo suerte los días que se dio el madrugón, unos por nubes, otros por nieblas y otros porque el cometa ya estaba demasiado bajo. A pesar de la bella estampa urbana del crepúsculo matutino del 25 de noviembre, presidida por la conjunción de Mercurio y Saturno separados por a penas un grado de arco, el cometa ya se escondía en la franja de cielo incendiada por el acechante astro rey. 


En cuanto a mí, finalmente acerté a la cuarta intentona, por lo que aunque fue breve, debo darme por satisfecho, por lo que ahí va como resultó la cosa finalmente. Como hemos comentado anteriormente, habían sido en mi caso ya tres los madrugones fallidos en los que las nubes se empecinaban en cubrir completamente el cielo y dar al traste con las ganas de ver al ISON, pero todo llega si uno es paciente, hay algo de suerte, y finalmente, no se pierde la esperanza hasta el último momento. Visto como quedó el cielo la noche anterior y la predicción meteorológica, “mañana habrá que intentarlo de nuevo…, aunque sea lunes” ; eso es lo que me dije a mi mismo la noche del domingo después de haber estado observando el cielo durante un par de horas tratando de darme ánimo, puesto que pensé que podría ser el último intento para poder localizarlo en condiciones, ya que el cometa se hunde cada vez más en el horizonte matutino y al estar tan bajo desde mi lugar de observación, la dificultad es máxima. 
Así pues y con los prismáticos de 11x80 preparados en su trípode la noche anterior para no perder ni tan solo un minuto, (será lunes y habrá que ir al trabajar..…) suena el despertador a eso de las 04:30 y me subo a la terraza minutos después, a ver que tal está el cielo. Como era de esperar, el ambiente es frio y el viento del oeste que sopla entre 5 y 7 Km/h ha dejado el cielo en buenas condiciones, y aunque sigue soplando moderadamente y la luna brilla pasado ya hace rato el meridiano con un generoso creciente, no molesta tanto como para arruinar la observación. Si más dilación, me dispongo a hacer una primera búsqueda (más por ganas que por otra cosa), la cual resulta infructuosa como era de esperar, pues ni tan siquiera Spica está aún sobre mi horizonte y por lo tanto, debo ser paciente, así que me dedico durante un rato a hacer astronomía “de la de antes”, es decir, a escudriñar placenteramente con los prismáticos la zona de Orión que brilla majestuoso a buena altura sobre el horizonte SW. Pasado un buen rato y con las retinas más habituadas a la oscuridad, la cosa promete, pues ya empiezo a ver como Spica empieza a asomarse por encima de los edificios que tengo situados al Este y por lo tanto, el cometa no debe andar lejos. Minutos después veo asomarse a Mercurio, lo cual me dice que el ISON debe estar más que a tiro y así es, ahí está, por fin…, unos grados al Sur de Spica. 
El cometa se divisa sin demasiada dificultad con los 11x80, pequeño en tamaño pero espectacular, con una tenue pero apreciable cola y una coma muy definida que en conjunto y a mi modo de ver, se asemeja bastante con la visión que ofrecía el Panstarrs hace tan solo unos meses. Vista su posición y la hora en la que me encuentro, descarto totalmente el intento de observación del cometa desde el telescopio del observatorio, la cual resultaría imposible debido a la baja posición de aquel con respecto a la posición de éste y además, sería perder el tiempo del que por otra parte no dispongo, así que me he dicho, a disfrutar con lo que tienes… La observación en buenas condiciones, no me es posible prolongarla durante mucho rato, ya que las luces del alba ( y la hora límite para mí ) amenazan implacables y restan oscuridad y tiempo a pasos agigantados, pero estos diez o quince minutos que he podido observarlo han valido realmente la pena. Ahora deberemos esperar para poder verlo nuevamente si es que el ISON es capaz de sobrevivir tras su acercamiento al Sol el próximo día 28, cuestión que posiblemente nos dará algo más de margen para poder observarlo con más calma al estar ya prácticamente inmersos en fechas navideñas, esta vez sobre el crepúsculo vespertino y con el aliciente de intentar capturarlo en alguna imagen que nos valga para recordar su primer y último paso por las cercanías de nuestro querido planeta Tierra, al menos mientras dure nuestra corta existencia. Y como hoy la cosa va de recuerdos, y aunque en estos tiempos que corren esto parezca una tontería, he realizado un parte de observación como los que antaño confeccionábamos, a fin de que si algún astrónomo novel lee estas líneas, sepa que no todo son cámaras CCD, informática y grandes telescopios; unos simples prismáticos, una hoja de papel, un difumino y un lápiz, pueden hacernos pasar ratos inolvidables cuyo recuerdo perdurará durante mucho tiempo. Lástima que mi hermano Luis que disponía de mejor horizonte, no haya podido hacerle “la foto” que hubiese cumplimentado el citado parte, pero en fin, esperemos que tengamos de nuevo la oportunidad para “cazarlo” en formato digital en fechas próximas.