domingo, 1 de mayo de 2022

XX Aniversario del Observatorio Manises

Nuestro observatorio cumple hoy diez años…Con esta misma frase abríamos nuestra reseña en ésta, nuestra bitácora, un primero de mayo del ya lejano 2012, es decir, hace exactamente diez años. 

Hoy, uno de mayo de 2022,  el Observatorio Manises J98 acaba de cumplir “otros diez” y por lo tanto, podemos decir que nuestro observatorio ya atesora veinte años tanto de existencia como de experiencias observacionales acumuladas con todo lo que ello conlleva. Durante esos 7305 crepúsculos, nuestro observatorio ha soportando altivo, multitud de fenómenos meteorológicos de distinta índole y magnitud, los cuales ha sabido sobrellevar con notable lozanía y sin mayores problemas atardecer tras atardecer hasta llegar a día de hoy, momento en el que hemos plasmado esta última imagen comparativa y en similar pose que las dos anteriores, por aquello de poder comparar mejor en nuestros rostros, el inexorable paso del tiempo, “tiempo que vuela sobre nosotros pero deja atrás su sombra”, tal y como citaba sabiamente el conocido novelista Nathaniel Hawthorne.

Cuantas cosas han pasado desde entonces…, cosas buenas y menos buenas como es de suponer a lo largo de todo este tiempo, tiempo que  pasa de forma implacable tanto para nosotros como para las personas de nuestro alrededor, al igual que para nuestro querido observatorio que aquel primero de mayo de 2002 se erguía flamante y reluciente aquella tarde de miércoles de principios de siglo, y que a pesar del transcurso de los años como decíamos anteriormente, todavía se conserva en un excelente estado. Sin embargo tenemos que admitir que a nivel de actividad y a fecha de hoy, su dinámica observacional se encuentra en sus horas más bajas tras tanta actividad acumulada a lo largo de estas dos últimas décadas. De igual forma y con el paso del tiempo ha ido sufriendo como no podría ser de otra forma, los primeros achaques en su electrónica que reclaman intervención externa, averías a las que estamos intentando poner solución a medida que van surgiendo con el fin de poder continuar cuando así lo precisemos, de su normal funcionamiento y con ello, poder seguir siendo testigos en “primera fila” de lo que vaya sucediendo ahí arriba.

Durante estos veinte años de uso del observatorio, hemos colmado muchas, muchísimas ilusiones que han quedado plasmadas tanto en nuestra memoria colectiva como en multitud de trabajos y colaboraciones realizadas con diversas entidades y colegas de afición; de igual forma hemos realizado incontables observaciones rutinarias y otras tantas notablemente extraordinarias que nos han ido aportando un inmenso cúmulo de experiencias, recuerdos y sensaciones inolvidables.

Todas y cada una de las oposiciones planetarias, tránsitos, cometas, estrellas dobles, ocultaciones, eclipses y un largo etc. de eventos observados de los cuales hemos sido privilegiados testigos, al igual que de las múltiples mediciones astrométricas y fotométricas realizadas a lo largo de estos últimos veinte años, todos ellos han sido la tónica de trabajo y deleite durante infinidad de noches a pie de telescopio, observaciones que de forma lógica y natural, han ido menguando de forma progresiva a medida que ha ido pasando el tiempo y han surgido cambios en nuestro día a día, en ocasiones nuevos objetivos que plantearse o simplemente, otras formas de ver y contemplar la vida. Aún así, el observatorio ha continuado en activo hasta la fecha, aunque únicamente se haya utilizado desde hace un tiempo, con fines personales y particulares de puro deleite ( que por otra parte todo hay que decirlo, ya tocaba…), ya que no hay que olvidar que en ésta, nuestra afición por la observación del cosmos, no todo es colaboración/trabajo, por lo que en parte hemos vuelto sin pretenderlo abiertamente y de forma progresiva a nuestros ancestros observacionales, aquellos de los que en algún tiempo ya muy lejano partimos, que no son otros que el simple interés de observar el cielo y todo lo que en el sucede sin otro objetivo que el puro placer observacional, que a poco que nos detengamos a pensar, no es en absoluto baladí.

Aunque como decíamos hace diez años… “ Sería una inmensa alegría poder escribir una nueva entrada dentro de otros diez años comentando cuáles han sido los hitos que marquen nuestra actividad durante la siguiente década.”, estamos plenamente satisfechos de nuestra trayectoria observacional hasta el día de hoy, recorrido que aun habiendo resultado menos relevante durante estos últimos años, no ha dejado de ser tan placentera e interesante como antaño, trayectoria que esperamos nos siga dando puntuales satisfacciones a pesar de las dificultades de cualquier índole que con el paso del tiempo vayan surgiendo. Aún así, trataremos de de seguir siendo cuanto menos, notarios observacionales de cualquier evento astronómico que el cielo tenga a bien regalarnos.  

Como siempre os deseamos Cielos claros. 

lunes, 21 de diciembre de 2020

Júpiter – Saturno 2020   “La conjunción de los gigantes”

Como no podía ser de otra forma cuando hay algo destacable “ahí arriba”, el Observatorio Manises J98 ha estado presente en la efeméride prevista para hoy día 21 de diciembre sobre la “gran conjunción” que los planetas gigantes JUPITER y SATURNO nos iban a ofrecer en este tan especial así como esperado día del solsticio hibernal. Solo restaba que en lo atmosférico, tuviésemos la máxima tranquilidad posible y que el cielo vespertino se mostrase benévolo con nosotros una vez más, a fin de ofrecernos la mejor visión posible de tan destacado evento.

Durante éstas últimas semanas, hemos ido "entrenando" su observación a medida que pasaban los días, y ha sido cuanto menos curioso, observar sus posiciones aparentes sobre el fondo estelar a la espera de que el día de su máximo acercamiento entre si, pudiésemos llevar a cabo la observación final de este tan esperado acontecimiento. 

( imágenes 1 y 2 - 15/12/20 a las 20:04 p.m.)

15/12/20 a las 20:04 P.M.

Detalle 15/12/20 20:22 p.m.

La tarde se presentaba agradable en cuanto a la temperatura, (17°)  con viento en calma y con un horizonte SSW que prometía cercano ya el ocaso, por lo que nos dispusimos a preparar la sesión observacional con tiempo suficiente aún cuando el sol estaba todavía 10-15º sobre el horizonte, ya que aunque los dos  planetas eran ya visibles a través del telescopio, todavía faltaba un poco para poderlos localizar a ojo desnudo. 

Una vez llegado el ocaso solar a las 17:42, el atardecer acentuó los contrastes y los planetas empezaron a subir de brillo aunque también a perder altura rápidamente, pero nos premiaron con una bella estampa que se fue acentuando a medida que el cielo  alcanzaba el crepúsculo astronómico. Los 6´ de separación entre ambos objetos, eran suficientes para poder desdoblarlos a simple vista, y ha sido un precioso ejercicio como hemos comentado anteriormente, poder ver como  han ido acercándose día tras día y a medida que han ido transcurriendo las semanas hasta llegar a hoy, día de su máximo acercamiento aparente.

(imágenes 3 y 4  - 20/12/20 a las 19:46 p.m.)

21/12/20 a las 19:46 p.m.

Detalle 21/12/20 19:57 p.m.

Muestra de ello es esta bonita imagen que aquí mostramos y que pudimos visualizar con mayor detalle y resolución a través del ocular del telescopio, una imagen inédita de la pareja planetaria que nunca habíamos podido ver en un mismo campo. 

Aunque de mediana resolución debido al método empleado, bastará para acentuar el recuerdo y la espectacular visión de cercanía entre ambos que guardaremos como siempre en nuestra memoria. 

imagen  5 - 21/12/20 a las 19:57 p.m.)

Detalle telescópico  21/12/20 19:50 p.m.


El “público” asistente (Consuelo, Michael; Laura; Carlos y Miriam),también disfrutaron de la observación, y han sido fieles testigos del bello espectáculo que nos han brindado de nuevo  los cielos, un bonito y agradable recuerdo de esta particular “Estrella de Belén”  como la ha bautizado la prensa, para despedir este tan complicado año 2020.

Quién se lo haya perdido no debe preocupase, tendrá de nuevo la oportunidad de ver la repetición en el 2080,  J , así que únicamente toca esperar un poquito.


jueves, 13 de agosto de 2020

 A ras de cielo

A menudo, todo “urbanita” que sea aficionado a la astronomía, siente la imperiosa necesidad de sentir de nuevo el contacto con la naturaleza a través de la contemplación del cielo nocturno, siempre y cuando pueda desplazarse hasta algún lugar alejado de las luces parásitas de la ciudad con un único y simple objetivo, observar el cielo.

En nuestro caso particular, la necesidad surge muy a menudo, aunque únicamente en ocasiones muy puntuales durante los períodos vacacionales podemos llevarla a cabo, eso sí, solemos sacarle todo el partido posible cuando nos desplazamos con nuestro equipo observacional, hacia alguno de los lugares previamente elegidos.

Muestra de lo citado, son las fotografías que aquí podréis ver. Todas ellas corresponden a nuestra última salida en uno de esos mágicos puntos de observación situados en Aras de los Olmos, un lugar donde la pureza del cielo es sencillamente estremecedora, todo un regalo en forma de imagen para reconfortar esas noches en nuestro observatorio, donde el cielo debido a la contaminación lumínica, resulta muy a nuestro pesar, menos espectacular.

La noche fue prácticamente perfecta. El silencio, la soledad del lugar, los aromas que emanaban de la montaña, junto con el frescor ambiental alcanzado el crepúsculo astronómico, fueron nuestros aliados en una noche con un seeing envidiable. El “chute fotónico” recibido, nos cargó baterías para una buena temporada.

En esta ocasión y aprovechando la coyuntura de la observación de las perseidas en su momento del máximo, nos dimos un respiro para capturar únicamente un instante del imponente cielo que nos acompañó durante la mayor parte de la velada, un breve instante que permanecerá para siempre en nuestro recuerdo y en el que puede verse la espectacularidad de la vía láctea atravesando nuestro cenit observacional, todo un lujo al alcance de muchos aunque solo unos pocos seamos capaces de apreciarlo.

Las tomas fueron realizadas con una cámara réflex Nikon D-7200 sobre trípode, dotada de un objetivo gran angular Tokina  11-20  f/2.8,  a 6400 ISO y 20 segundos de exposición.





miércoles, 22 de julio de 2020

  
Cometa Neowise ( C/2020  F3)

Hasta hace no muchos años, estas  imágenes que aquí pueden verse del Cometa NeoWise ( C/2020 F3), en su reciente paso por “las cercanías” de la Tierra (a tan solo de 103 millones de km) hubiesen sido el sueño de cualquier aficionado a la ciencia astronómica, y como tal, de cualquier astrofotógrafo amateur.
21 mm -  f/2.8-10 s- 800 ISO          

30 mm – f/2.8-5 s 800 ISO
(El cometa NeoWise en las cercanías de la Osa Mayor)

300 mm – f/5.6-2 s – 6400 ISO

300 mm – f/5.6-2 s – 6400 ISO

A finales de siglo XX , seguramente hubiésemos empleado “1 carrete”  de 36 exposiciones de la famosa película pancromática Tri-X de Kodak 400 ASA, (que por cierto, todavía se fabrica y se vende ) que tras forzarla un poco en el proceso de revelado para arrancarle algo más de sensibilidad, hubiésemos obtenido unas copias en papel de B/N  Kodak profesional, que nos hubiesen hecho sentirnos orgullosos de las tomas realizadas, aún cuando posiblemente los resultados hubiesen sido de una calidad bastante inferior. 

Salvo para todos aquellos que hemos vivido esa fantástica época en la que se valoraban en su justa medida las imágenes en general, y qué decir de las astronómicashoy en día y con una sociedad tan sobresaturada de imágenes, estas fotos del cometa, realizadas desde un lugar con una alta contaminación lumínica como es nuestro caso, podrían carecer de interés, pero al menos nos permiten dejar constancia de que, con una simple cámara réflex DSLR (en este caso una Nikon D-7200), pueden realizarse imágenes astronómicas incluso sin salir de la ciudad, basta con tener un trípode, un disparador y un par de objetivos de distinta focal, (y saber donde localizar el objeto, claro...), cosa bastante fácil en la presente era de Internet) para poder “capturar” objetos celestes tan débiles a ojo desnudo como ha sido éste cometa, que nos ha hecho recordar fechas no muy lejanas (1996-97) en las que pudimos disfrutar de sendos acontecimientos únicos como fueron el paso de los comentas Hyakutake (C/1995 B2) y el Hale Bopp (C/1995 O1), respectivamente.
En nuestra modesta opinión, estas imágenes se ajustan bien a lo que un aficionado a la astronomía puede ver a través de unos prismáticos o un telescopio cuando se acerca a observar directamente estas maravillas del cosmos, sin generar falsas expectativas y la consiguiente frustración.





jueves, 23 de mayo de 2019


AMARILLISMO LUNAR

De unos años a esta parte y cada vez con más intensidad, desde los medios de comunicación se nos informa con asiduidad de fenómenos astronómicos destacados, especialmente en aquellos periodos del año donde no abundan las noticias y en los hay que llenar espacios informativos como sea. Aunque esto nos parece en cierta medida positivo no deja de preocuparnos el que, con el afán de completar minutos de radio o televisión, páginas de periódico y, muy en especial, en el caso de los medios digitales de generar cuantos clics sean posibles, se peque de “amarillismo astronómico”.

En concreto, queremos referirnos aquí a fenómenos relacionados con el plenilunio, que a menudo se titulan con prefijos o adjetivos como superluna, luna azul, luna de sangre, luna de lobo o incluso combinaciones de todos ellos, pudiendo darse una superluna azul de sangre de lobo. Ahí queda eso.

Sin entrar a descifrar el significado de cada uno de esos términos, queremos reflexionar aquí sobre la creación en el público de falsas expectativas y la consiguiente frustración que se produce cuando alguien que cree que va a presenciar un fenómeno asombroso, pongamos por ejemplo una superluna azul de lobo, se encuentra con una luna llena como la que acostumbra a poder verse prácticamente una vez al mes. Porque, no nos engañemos, incluso para el ojo con cierta experiencia, las diferencias de tamaño y luminosidad de una luna llena normal y una “superluna” pueden pasar casi completamente desapercibidas.

Moraleja; no caigamos en el amarillismo informativo en temas astronómicos, pues esto puede ser pan para hoy y hambre para mañana. Con la mejor intención de atraer la atención de un amplio público y recurriendo al sensacionalismo, es probable que tras una experiencia que defraude las expectativas generadas con la noticia, el mismo público no vuelva a hacer caso deotras informaciones de interés astronómico nunca más, lo que a su vez provocará que los mismos medios de comunicación no las publiquen y se le haga un flaco favor a la divulgación astronómica que en principio se pretendía.

Digámosle a la gente, que experimente el contacto con la naturaleza y que disfrute del espectáculo que supone observar cómo emerge una luna llena por el horizonte, sin importar que esta sea de sangre roja, azul o siquiera de superlobo.

Así lo hemos hecho nosotros este año con sus dos primeras lunas llenas (por cierto, ambas “superlunas”). Solo pudimos fotografiar la segunda, pues la primera quedó completamente oculta por las nubes. No obstante, nunca olvidaremos el fabuloso cielo del atardecer del que pudimos disfrutar. Ambas fueron muy agradables experiencias de contacto con el aire libre y los colores de la tarde y eso es lo que realmente debe importarnos.





martes, 1 de enero de 2019

Breve Curriculum Astronómico

Los hermanos Lahuerta ( Luis y Salvador ), practican la astronomía amateur desde hace más de 30 años.

Formados inicialmente como autodidactas y más tarde en el seno de la Asociación Valenciana de Astronomía durante muchos años, se desvincularon de la mencionada entidad a finales del año 2000, fundando meses más tarde el G.E.O.D.A. (Grupo de Estudio, Observación y Divulgación de la Astronomía) junto con otros compañeros de afición.

El grupo, formado con fines divulgativos y observacionales, mantuvo una frenética actividad en el mundo de la astronomía amateur durante más de seis años, impartiendo charlas, cursillos, conferencias y publicando entre otros, múltiples artículos en la conocida revista “Astronomía” (2002-2007) y manteniendo a la par, actividades prácticas como fueron las observaciones públicas, exposiciones, etc.


En cuanto al apartado divulgativo, sus componentes han seguido realizando observaciones públicas, impartiendo charlas y conferencias y como no, publicando la mayor parte de sus trabajos en revistas de divulgación astronómica de tirada nacional e internacional como lo es la conocida publicación española " AstronomíA ", así como en relevantes boletines internacionales como son por citar algunos ejemplos, el Journal of Double Stars Observations; El Observador de Estrellas Dobles; Las Minor Planet Center Electronical Circulars (MPC´s), etc, habiendo sido incorporados muchos de los datos de sus observaciones en Catálogos Estelares de renombre mundial, como es el caso del conocido Washignton Double Star entre otros.
Cabe igualmente destacar la publicación de un relevante artículo sobre estrellas dobles en una afamada revista de tirada internacional, trabajo en el que el Observatorio Manises J98 ha colaborado, junto con otros conocidos doblistas desde sus respectivos observatorios, en el descubrimiento y medición de 149 estrellas binarias no observadas hasta el momento, investigación que ha durado más de dos años y de cuya noticia hicieron eco, algunos medios de comunicación. http://www.abc.es/AGENCIAS/NOTICIA.ASP?NOTICIA=68715)


El  G.E.O.D.A , persiste en su actividad conjunta hasta finales de 2006, momento en el cual los hermanos Lahuerta deciden seguir su andadura astronómica trabajando en solitario con actividades observacionales y divulgativas de similares características si bien, a un nivel de una mayor exigencia técnica.
Así pues y desde su inauguración oficial en la primavera del año 2002 hasta la actualidad, el Observatorio Manises J98 , ha mantenido su labor observacional centrando su actividad principalmente en aquellas actividades que permiten explotar al máximo las capacidades del Observatorio , el cual ya obtuvo el código MPC J98 en junio de ese mismo año.


En la actualidad, la astrometria y fotometría de asteroides y cometas, la medida de estrellas dobles mediante técnicas astrométricas, la cronometración de ocultaciones de estrellas por la Luna y asteroides, junto con los trabajos "clásicos" de selenografía y planetaria constituyen sus áreas de principal interés.

miércoles, 19 de diciembre de 2018

Es tiempo de Navidad

Por quinto año consecutivo, acudimos puntuales a la cita con una nueva imagen/postal, realizada ad hoc para estas entrañables fechas.

En esta ocasión, la fotografía definitiva se ha conseguido realizando tres tomas y sin la utilización de programa alguno de edición de imágenes; tan solo se ha necesitado el empleo cuidadoso de una cámara réflex digital mediante una doble-doble exposición.

En primer lugar, fue necesaria una planificación certera de cada fotografía individual y del conjunto resultante. Necesitábamos una maqueta que generase la silueta, una Luna llena que le diese verosimilitud a la escena al integrarla en el paisaje y un skylight acorde con las fechas en las que nos encontramos.

Por una parte, fotografiamos la Luna llena del 24 de septiembre de 2018 ( 300 mm, F11, 1/8 s, ISO 100) la cual, mediante la cámara, se superpuso horas más tarde con una exposición de la Sierra Perenxisa (300 mm, F11, 4 s, ISO 100). Finalmente, una tercera toma de la maqueta adecuadamente iluminada (50 mm, F11, 1/30 s, ISO 100), mediante la segunda y última doble exposición, dio como resultado el que mostramos a continuación:




¡¡  Feliz Navidad 2018  !!